NADA
No quedaban libros, ni esperanza. No había nada, ni presente, ni pasado, ni futuro. Se lo llevaron por delante cuando alguien pulsó el botón rojo.
LA ESTANTERIA
No quedaban libros, estaban todos empaquetados. Acerqué mi mano a la librería, en la habitación a oscuras algo tiraba de mí, me asusté. Algo me arrastraba. Grité. Nadie me oyó.
LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ
No quedaban libros, les arranqué las hojas una a una, las lancé al viento que soplaba. Con ellos se fueron mis recuerdos, mi vida, mis ilusiones, mis deseos, mis amores, mis anhelos.
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