Y PASÓ EN UN SUSPIRO
—Por cierto, ¿hoy es domingo?
La pregunta quedó suspendida en el aire y no la pudo contestar. Seguía con el teléfono en la mano mirando por la cristalera, como la fachada de lo que antes era su edificio, se venía abajo ante su atónita mirada. Una explosión era la causante. Cientos de vidas sesgadas en apenas unos segundos. Y aquella mujer al teléfono lo único que quería saber era si hoy era domingo. Irónicamente sonrió a pesar de la dureza de la experiencia de la que acababa de ser testigo. Para aquellos que ya no estaban, sí era domingo. Hoy sería el día de reposo.
Comments